El retorno gradual de la economía en medio de la pandemia.

Está claro que los días críticos de la pandemia están apenas por llegar, por lo mismo, hablar de la posibilidad de una reactivación de la actividad económica resulta muy prematuro todavía. La cuarentena como definición es sólo una frase o concepto que nos sirve para entender nuestro confinamiento temporal, pero todos dudamos que esta dure sólo cuarenta días, que es de donde proviene su nombre original (Cuarentena).
Llevamos ya cinco semanas de encierro en Monterrey y ni siquiera se ha presentado el punto de inflexión epidémico, por lo que las fechas en que pueda mejorar esto están aún lejanas. El coronavirus, no llegó para quedarse, y aunque será erradicado sin duda, como otras pestes de nuestra historia, lograr esto durará más de diez meses. Las notas periodísticas que refieren a diversos laboratorios internacionales hablan de procesos muy tardados para el desarrollo, experimentación, la elaboración, fabricación y distribución de la nueva vacuna. Una vacuna que nos hará olvidarnos de la preocupación que hoy tenemos. Se estiman fechas de enero o febrero del 2021, pero la OMS (Organización Mundial de la Salud) no se ha aventurado a dar un pronóstico pues todo está aún muy amorfo. Mientras haya un caso activo con Covid19 en el territorio mexicano, habrá posibilidades de contagio y rebrote masivo, por lo mismo, es grande la necesidad de extremar las mismas medidas de seguridad que hoy conocemos en tiempo prolongado.
Pero tampoco sería sano mantenerse encerrado y sin producir durante diez meses. Hoy el daño inicial ya está hecho en nuestra economía, por lo que las autoridades buscan lograr desesperadamente el justo medio entre el cuidado a la población, para evitar disparar los contagios, y por otro lado lograr la reactivación económica.
Yo para esto tengo algunos pronósticos, que aclaro, son simples previsiones que de lograrse pudieran ayudar a apuntalar la economía que ya tiene dos raspones, el primero porque la población comienza a sufrir la curva del desempleo, y con ello es obvio que se desincentiva el flujo económico. Y el segundo pié en el freno, está motivado por la desconfianza social de que el virus siga invisible en las calles y nosotros sin vacuna.
Por eso como sucedió en 9/11 con los actos terroristas, que cambiaron para siempre las medidas de seguridad aeronáutica, de la misma forma, el Coronavirus cambiará (quizás no para siempre, pero sí) en un corto y mediano plazo, nuestras rutinas y protocolos de sanitización y control en el contacto personal.
Pronósticos del periodo intermedio de la Pandemia, que consiste en el periodo entre el descenso de casos y/o muertes y la aplicación de las primeras vacunas. Periodo en que se tendrá que reactivar la economía contra viento, marea y epidemia:

Pronóstico:
El empleo regresará y se disminuirán las restricciones (al menos no habrá tantas) al tipo de trabajo de se deba atender, pero tanto los desplazamientos como los trabajos en su contacto con las demás personas deberán ser desenoeñados con cubrebocas. la disciplina será el nuevo nombre del juego. Eso le dará un gran respiro a la economía.
Los restaurantes, que hoy sólo atienden en servicio a domicilio, podrán abrir sus puertas a clientes de manera limitada. Espaciaran sus mesas en donde el comensal (o su familia) de una mesa estarán a tres metros de distancia del comensal de la otra, en donde habrá también un espacio amplio para acceder y salir. Esto reducirá el número de mesas en el local, pero es mejor tener un restaurante medio lleno, que uno totalmente vacío y cerrado. Sólo ahí, sentados en las mesas los comensales se podrán quitar las mascarillas. Los meseros atenderán con mascarillas, guantes y ofrecerán gel de entrada. Los climas estarán en baja potencia para evitar la esparción de partículas. Las mesas estarán destinadas para una misma familia, y no serán punto de reuniones de personas que vienen de varias familias.
Los teatros y cines abrirán pero venderán boletos de sitios enumerados guardando la sana distancia al interior de cuatro butacas vacías y una hilera sin público adelante y otra atrás, garantizando los 150 centímetros . Esa medida hará que la ocupación sea del 50%, pero es mejor eso que estar con la puerta cerrada. Los actores de teatro deberán hacerse la prueba de Covid previo a su temporada y conservar los protocolos de seguridad personal con mayor acuciosidad. Los ingresos del público a la sala serán controlados, primero entran los del centro luego los de las orillas. En el Lobby, o el en exterior del recinto estarán marcados sobre el piso los espacios para hacer fila antes de entrar. En el interior de la sala el público se podrá retirar las mascarillas para disfrutar de la función. El desalojo al finalizar será en el orden inverso, de orillas al centro.
Las estéticas o salones de belleza, deberán tener en sus salas de espera los sitios espaciados a distancias adecuadas, y será mediante previa cita que deberán llegar los clientes, para evitar aglomeraciones, en tanto las personas que atienden, así como los mismos clientes, estarán con cubre-boca en todo momento y evitar en la medida que sea posible hablar.
Las tiendas estarán controladas en sus accesos de acuerdo al número de gente que acuda a ellas y que quepa, guardando una sana distancia, debiendo esperar afuera en filas extendidas los que aún no quepan en el interior. Tanto los clientes como quienes atienden, deberán estar cubiertos nariz y boca en todo momento.
En los casinos se restringirán los espacios en las maquinitas con una dinámica similar a las butacas del cine o del teatro, restringiendo los espacios y cancelando ingresos excedidos al sitio, teniendo que esperar en el estacionamiento a qué les den entrada.
Los estadios de futbol, al ser actividades con alto grado de proximidad, alta masividad, y actividades con gritos y abrazos al haber gol, será difícil que se permita la entrada al público, máxime cuando los abonos ya están vendidos de antemano y sería prácticamente muy selectivo buscar una audiencia salteada en cada evento. Creo que se deberán de conformar con ver los eventos televisados en este deporte. Lo mismo sucederá con los conciertos masivos (es decir, público de pié). Los únicos que podrían funcionar serían los que tuvieran dispersión de butacas vacías.
Los eventos sociales, bodas, bailes y sitios en donde haya mesas para comensales y actividad de pista de baile, deberán estar restringidos a menos que se use cubre-boca en la totalidad de los invitados, situación muy incómoda, por eso quizás haya mayores posibilidades de elegir postergaciones (como ya las hay ahora) dejando pasar un año completo.
Los niños quizás no regresen a las aulas porque es muy difícil controlar dinámicas de distanciamiento entre ellos. Además sería muy riesgoso que al recibir un contagio, pudieran llevar el virus a casa en donde haya un familiar de la tercera edad o con enfermedades crónicas. Las clases virtuales serán la opción de ellos. En las Universidades sí podrían volver bajo estricto uso del cubre-boca y las medidas.
Aunque de manera incómoda e inédita para nuestra generación, poco a poco la actividad se irá integrando de manera parcial, y cambiaremos la firma de ver nuestro entorno y hábitos, hasta que un día, que esperamos no sea lejano, leamos en los titulares del periódico la noticia: “Llegan a Monterrey las primeras vacunas. Se aplicarán por prioridad de riesgo, primero a las personas de la tercera edad, embarazadas, niños y luego al resto de la población.”
Sólo así podremos pensar en arrojar nuestros cubre-bocas a la basura; Sólo así podremos abrazarnos sin restricciones. Sólo así podremos disfrutar plenamente de lo que nos limitamos, Sólo así podemos decir finalmente: “La pesadilla ha terminado.”

Mario Clío

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